
Fin de semana galáctico con eclipse y visita al Planetario de Madrid.
La astronomía para una niña de 3 años y medio puede ser algo muy lejano pero… ¿quién dijo miedo? Eclipse lunar y visita al Planetario de Madrid en el mismo fin de semana.
Con la excusa del eclipse lunar del pasado viernes 27 de julio me propuse intentar explicar a mi hija qué era la luna, el sol y donde se encontraba ella. Lógicamente, no esperaba que lo entendiese a asimilase a la primera, sin embargo, creo que no sólo lo hemos conseguido si no que…¡lo hemos disfrutado!
Viernes: Eclipse lunar, comienza la aventura.
Como os podéis imaginar el viernes ya había un plan marcado. Parece mentira que regando un poco la ilusión de una niña un simple paseo pueda convertirse en una aventura. Esa noche comenzaba el eclipse y había que prepararse. Linterna, zapatillas con luces, móviles con batería, bocadillos, frutas y bebidas para aquella excursión nocturna. Con la mochila lista, nos pusimos rumbo a la aventura.
Cientos de preguntas durante toda la tarde ¿Y la luna hace ruido? ¿Y la luna explota? ¿Y la gente aplaude? Cuando llegamos a la zona marcada en el mapa (unos lagos a unos 500 metros de casa) la ilusión no se rebajó, al contrario. Decenas de personas con prismáticos y telescopios disfrutando de la noche.
Llegamos en pleno eclipse con la luna muy rosada y apenas visible, aunque la vio, no se sorprendió. Seguía pensando en las explosiones y sonidos del elipse. Sin embargo, cuando volvió a iluminarse poco a poco llegó lo que para ella era «la magia«.
Sábado: Google Earth y el no eclipse.
Cuando fuimos despertando el sábado la casa empezó a llenarse de ruidos y golpes mañaneros. Al echar un vistazo a twitter me crucé con varios memes y fotos de la noche anterior, lo habitual. Un timelapse se cruzó por mi camino y lo primero que hice fue llamar a mi hija. Ahí si vio la verdadera magia al completo. Una luna perfectamente encuadrada, una iluminación idónea y sobretodo todo reducido a xx segundos. Algo mucho más atractivo para su corta edad.
Ya que estábamos frente al ordenador y aprovechando sus preguntas sobre la luna (y sus correspondientes explosiones) abrí Google Earth.
– Papá ¿eso es un planeta?
– Si y ahí estamos nosotros
ZOOM A NUESTRA CASA
– Si. Mira, tu ventana
– ¡Ahí vivo yo!
Se me pasó por la cabeza ir a pasar la tarde al planetario pero no íbamos a llegar al pase infantil. Decidimos dejarlo para el día siguiente pero…
¿Por qué no repetir una aventura como la de la noche anterior?
Hicimos prácticamente lo mismo que el viernes pero al llegar al punto marcado en el mapa ¡sorpresa! Apenas había nadie…. Ahí fue cuando nuestro bichito se preguntó que dónde estaba la gente y nos preguntaba que a qué hora se pondría la luna rosa para que volviese todo el mundo.
Domingo: Visita al planetario, el cine redondo.
Para redondear el fin de semana galáctico pusimos rumbo al planetario, esta vez con la hora correcta. Íbamos a disfrutar de El cielo de Cloe ¡cine espacial y especial para todos los niños y niñas! ¿Te imaginas que tu tercera visita a un cine es para ver una pantalla de 180º?
El plan era perfecto: Una sesión de media horita ideal para alguien tan joven. La temática idónea para este fin de semana galáctico. El precio, muy asequible para toda la familia. La temperatura de la sala, fantástica para una tarde de verano a las 17.30h.
Como regalo de esta visita, pudimos rematar con un paseo por las actuales exposiciones del planetario. Abiertas a todo el público sirven como complemento a las sesiones y talleres que se realizan en el recinto.

