Maus: Ratones judíos en el holocausto nazi
Aunque soy un gran aficionado a los cómics últimamente ya no leo tanto como me gustaría. Siempre tengo lecturas pendientes y hace unas semanas me quité una espinita. Es curioso, quitarmela me ha dolido de verdad, hoy he acabado Maus.
Una de las cosas que menos me gusta del noveno arte es la cantidad de obras que acabas acumulando. Ese es uno de los motivos por los cuales cada vez he ido comprando menos. Mis estanterías lo agradecen y mi bolsillo también, sin embargo, echo de menos terminar una de estas pequeñas obras de arte.
Hace un par de semanas acompañé a un compañero de trabajo a una biblioteca cercana. Me hice socio después de 20 años sin carnet y lo estrené ese mismo día. No miré mucho, en cuanto vi Maus me dije a mi mismo: Hoy es el día. Había oido hablar mucho de esta obra, pero no había profundizado nada en ella. Sólo sabía que era una interpretación del holocausto con animales antropomórficos, algo que se puede ver a simple vista por su portada.
Pensé que el hecho de usar a los ratones como protagonistas era para tomar un tono cómico y que sería una obra con mucho humor negro. Que equivocado estaba. Creía que me llevaba una obra ligera para disfrutar un buen rato. Que pasaría sin pena ni gloria como muchos otros cómics que han caído en mis manos.
Que equivocado estaba
Según abrí por primera vez el tomo, vi que era un dibujo simple, un blanco y negro un tanto ruidoso. Algo tosco por así decirlo, pero en ocasiones muy detallado. Acostumbrado a cosas más modernas, me sorprendió ver tanto texto y esa fue la primera de mis sorpresas. Esto no era lo que me esperaba, había algo raro. Pasaba las páginas esperando encontrar gracietas sobre las situación de las ratas pero esa situación no llegaba.
Prefiero no entrar en muchos detalles para no estropear su lectura, pero que menos que explicaros por encima que os vais a encontrar. Maus es la biografía de Vladek Spiegelman, el padre del propio autor Art Spiegelman. La historia nos pone en el lugar del propia Art entrevistando a su padre sobre su pasado. Imaginaos, un judío polaco a finales de los años 30 y una esvástica en la portada del cómic ¿de qué tratará?
Creo que no miento si digo que ha sido uno de los cómics que más he disfrutado nunca. Una lectura amarga, pero más que recomendable. Recuerdo una sensación muy similar cuando vi por primera La vida es bella, pero al tratarse de un cómic me ha llegado a la patata por un camino diferente.
Tengo que devolver este tomo a la biblioteca, pero en cuanto lo haga iré directo a Amazon (si, es un enlace de afiliado) para comprarlo porque merece su sitio en mi estantería. Me hubiera gustado mucho haberlo leído en mi adolescencia y me arrepiento de haberlo hecho con casi 34 años. Cuando dentro de unos años mi hija me haga preguntas sobre el holocausto, dejaré que conozca a Vladek.
6 Comentarios
Karvala
Ya está bien de generarme necesidades que antes no tenía 😛
Jorge Marín Nieto
En serio, es una de esas obras que merece la pena disfrutar en momentos tranquilos con un café o un te y meterte completamente en la historia.
Josevibaeza
Maus es una obra eterna. No en vano tiene un premio Pulitzer. Habla de lo humano con una profundidad desgarradora «cuando el hijo acusa al padre de ser un xenófobo cuando a ellos los mataban por lo mismo»…
Tremendo
Jorge Marín Nieto
Tiene momentos de película. De hecho, pondría la mano en el fuego de que ya hubieran hecho una adaptación si los personajes fueran humanos en vez de ratones.
yyoconestasbarbas
De unos años a esta parte, los comics autobiográficos o referenciales son uno de los géneros que claramente han reventado el mercado y han tirado ese «muro de papel» que hacía de barrera entre el arte «serio» (cine, literatura) y el cómic. Es lo que pasó definitivamente con MAUS. Probad, si no los habéis leído ya, con «Blankets» o con «Persépolis», -cada uno en su línea- que tampoco os arrepentiréis. De hecho, y centrándome en Persépolis, mejor todavía si pilláis por banda además la gloriosa peli de animación. 😉
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