La incomodidad de tu comodidad
La comodidad ¿Qué es? Copio y pego las dos definiciones que nos da el diccionario:
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Cualidad de cómodo.«le gustaba aquel sillón por su comodidad»
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Cosa (normalmente material) que hace la vida más fácil, hace sentirse cómodo o facilita la estancia en un lugar o la realización de ciertas tareas.
Está claro que a todos nos gusta la comodidad y que nuestra vida se hace más fácil y sencilla cuanto más cómodo es todo. Pero somos casi 8 billones de personas en el mundo y cada vez vivimos más apretados.
El problema de la comodidad individual es que se convierte en la incomodidad grupal que provoca y eso, en una sociedad cada vez más irrespetuosa e incívica es un problema.
¿La comodidad se ha convertido en incivismo?
Yo entiendo que quieras ir con tu coche hasta la puerta de tu destino, pero no se puede. Vivimos con prisa y queremos ir lo más rápido posible a todos sitios pero… Si usáramos esas dos piernecitas que tenemos a veces tardaríamos menos, gastaríamos menos combustible, haríamos más ejercicio y, sobre todo colapsaríamos menos nuestra sociedad haciendo ese efecto embudo.
Está claro que no siempre podemos permitirnos el lujo de ir pasear a nuestro destino pero… ¿por qué hemos sustitudo nuestras piernas por vehiculos en el 99% de las veces? Comodidad.
Y el problema no es que lo hagas tú, es que lo hacemos todos. Queremos ir en coche y aparcar en la puerta y si no podemos dejamos el coche en doble (o triple) fila aunque eso ocasione un bloqueo total de la calle. La excusa de «es sólo un momentito» nos exime de responsabilidad y nos hace olvidar la incomodidad que causamos al resto. Vamos, lo que es incivismo.
Lo vivo diariamente cuando llevo a mis hijas al colegio. No me importa aparcar a unos 200 metros en un sitio habilitado para ello y andar durante ¿2 minutos? para no molestar a nadie. Eso en un día normal… En un día lluvioso ¿qué pueden ser? ¿3 minutos bajo un paraguas? Cuando llego a la puerta del colegio y veo el estrés y las discusiones que tienen otros por aparcar, o mejor dicho, por no aparcar en la puerta… Alucino.
Y eso sin ponerme en el lugar de alguien que tenga alguna minusvalía… JA
Yo qué sé, igual se lo piensa la próxima vez. pic.twitter.com/oF3I3hkkki
— Borja Casado (@franpenat) July 16, 2019
¿Para qué sirven esas plazas reservadas? Para que el más listo meta su coche y el conductor espere ahí mientras el copiloto baja a hacer lo que tenga que hacer y vuelva «en seguida». Por no hablar de los que directamente aparcan ahí importándoles una puñetera mierda el que venga detrás. Que ya no es que no tenga empatía con el prójimo, es que son incívicos a más no poder. Y encima diles algo que se sienten atacados…
Hace unas semanas se hizo viral este video de Montse, una mujer en silla de ruedas a la que diariamente hacen invisible los usuarios del metro de Barcelona…
Cada vez hay más falta de empatía. 😥 pic.twitter.com/x8Vkt8hbWf
— Ana Hidalgo (@AnaHid46) June 25, 2022
Yo reconozco que hace muchos años usaba estos ascensores pero en el momento que veía a mi lado a una persona mayor, con carro de bebe o EN UNA SILLA DE RUEDAS COMO MI CAMA DE GRANDE me bajaba y cedía el sitio. Hoy en día jamás se me ocurre subir ya que por suerte, tengo dos patitas totalmente funcionales.
También reconozco que me encanta ir con el carro de mis hijas y plantarlo entre las puertas del ascensor bloqueando la subida hasta que alguien tenga las santas narices de dejarnos subir. Ver sus caritas de vergüenza mirando al suelo para no cruzarse con mi mirada. Disfruto poniéndome a discutir (y hacer perder el tiempo) con alguna persona totalmente capacitata que se queja de que le hago perder el tiempo cuando… oh disculpe, esos ascensores tienen una placa que indica que algunas personas tienen prioridad para usarlos.
En general, el transporte público es un caldo de cultivo para la comodidad… Lo uso a diario y evito sentarme en esos asientos reservados porque, como su propio nombre indica, están reservados. Pero soy de los pocos, por no decir muy pocos, que no sólo hace eso, si no que me levanto para ceder mi asiento u obligo a levantarse a algunos pasajeros que NO QUIEREN VER que tienen una embarazada, un anciado, alguien con muletas o mil situaciones peores…
Si yo, una persona «joven» de menos de cuarenta años salgo de trabajar cansado y me quiero sentar ¿Cómo se sentirá esa persona de más de 70? ¿No sentirá dolor esa embarazada con los tobillos parecidos a los de un elefante? ¿Y si el metro pega un frenazo y se cae? ¿Qué le pasará al feto? ¡Piensa un poco en el prójimo rata de dos patas!